Aunque se dice que los gatos tienen siete vidas, en realidad no tienen más que una. Un gato puede vivir alrededor de 18 años o más, pero al llegar a su vejez precisa cuidados específicos para conseguir que tenga una mayor calidad de vida y bienestar.
A continuación te damos cuatro consejos claves para ayudar a tu gato a enfrentar la tercera edad.
La alimentación.
El mercado de alimento para mascotas ha desarrollado una gran variedad de productos de alta calidad para cubrir las necesidades nutricionales de animales en sus diversas etapas de vida. En el caso de los gatos adultos, existe alimentos especiales que toman en consideración aspectos tales como el cuidado de su pelaje y aportan una cuota extra de energía para que se mantengan en constante actividad, evitando así los problemas de obesidad.
Es importante utilizar alimentos que estén diseñados para la edad del gato, que cuenten con las concentraciones adecuadas de proteínas, fósforo y ácidos grasos.
Visitas regulares al médico veterinario.
El gato es un especialista en no hacer notar su dolor. Un felino enfermo disimulará sus molestias porque lo lleva implícito es sus genes, con el fin de evitar llamar la atención de sus depredadores.
Sin embargo es normal que los gatos después de los siete años de edad empiece a sufrir dolores en sus articulaciones. Las visitas regulares al veterinario son importantes para poder determinar si este es el caso, y aplicar los tratamientos recomendados.
Se considera que un felino mayor de ocho años precisa cuidados específicos tales como:
- Realizar dos visitas al veterinario cada año, con el fin de realizar un análisis de sangre, orina y verificar el estado del tiroides. El hipertiroidismo es una enfermedad común entre los gatos de edad avanzada. Un diagnóstico temprano permitirá aplicar un tratamiento adecuado, y así mantener los síntomas de la enfermedad bajo control.
- Mantener la boca del gato limpia y sana. Esto evita la tendencia de los felinos mayores a padecer gingivitis (inflamación de encías) y a acumular placa bacteriana, que deriva en afecciones orales graves que deterioren la salud del gato mayor y minan su apetito.
- El estado del pelaje del gato es un buen indicador sobre su estado general de salud. Si el pelo del felino tiene caspa o un aspecto deteriorado puede ser la señal de que existe un problema oral que le causa dolor, o cualquier otra patología que impida que el animal pueda acicalarse.
Cuidados paliativos.
Los gatos son cada vez más longevos, y aunque la edad media de la vida de un gato son los 16 años, en las consultas veterinarias es habitual ver felinos de 20 años (100 años en una persona). Es fundamental que los dueños observen cambios de comportamiento que indiquen que el animal sufre dolor, como la pérdida de apetito o la falta de actividad.
El dolor de un gato mayor debe tratarse según las pautas que indique el veterinario, y utilizando los medicamentos adecuados para ellos. Nunca se debe ofrecer a un gato medicamentos diseñados para humanos, lo cual en lugar de beneficiarlos podría poner en riesgo su salud e incluso su vida.
Tratar las enfermedades típicas.
Los gatos de edad avanzada tienen tendencia a padecer ciertas enfermedades.
- La enfermedad renal crónica, que afecta a los riñones de algunos gatos, debido al deterioro que sufre este órgano con el paso del tiempo. Con un adecuado control y tratamiento, los gatos pueden vivir muchos años con la enfermedad.
- La enfermedad periodontal es habitual en el caso de los gatos mayores que no mantienen una adecuada higiene oral. Patologías bucales, como la gingivitis, fracturas dentales o infecciones en las raíces de los dientes, pueden provocar graves problemas de salud en el gato.
- La artrosis degenerativa es una enfermedad habitual entre los gatos de edad avanzada y se puede tratar con dietas especiales y analgésicos.
- El hipertiroidismo es una patología frecuente entre los gatos, aunque poco diagnosticada, y es importante detectarla a tiempo.
Sin duda alguna tu interés como dueño es clave para ayudar a tu gato a enfrentar las dificultades de salud que le afectarán una vez cumplidos ocho o más años de vida.